Solipsismo
-I-
Pedí un Martini rojo con los ojos cerrados, no tenía fuerzas para abrirlos y mirar al camarero que me preguntaba en voz muy baja cerca de la oreja reclinándose, quizás para comprobar si mi cuerpo se trataba o no de un fiambre.
Las vuvuzelas
– ¡Isabel, anda, cuéntale a la abuela lo que me decías antes de las vuvuzelas! – la madre no podía disimular su orgullo- ¡corre, cuéntaselo! Isabelita, contaba su madre, con sus doce añitos ya sabía leer y escribir a la Read more …
Fauno con Platillos
Hasta ese momento había resultado ser una criatura jovial que contagiaba su alegría, incitando a la ingestión de cusqueñas y animándonos Read more …